Félix Ángel Moreno Ruiz

lunes, 9 de mayo de 2016

BIOGRAFÍA AUTORIZADA de Salvador Gutiérrez Solís

MEMORIA MUSICAL DE UNA GENERACIÓN


La isla de Sistolá, editorial sevillana especializada en poesía, ha creado recientemente una colección de narrativa, cuyo segundo número es Biografía autorizada, la última novela del escritor cordobés Salvador Gutiérrez Solís (1968). Ganador, entre otros, del Premio Andalucía de la Crítica en 2013 con El escalador congelado, es autor de una extensa obra que incluye varias novelas y libros de relatos.
Biografía autorizada está narrada, a modo de memorias, por un ficticio músico cordobés, Carlos Jesús Adán Arroyo (vocalista de la también ficticia banda de rock Almas sin Konciencia), quien, después del éxito cosechado a nivel nacional e internacional, decide proseguir su carrera en solitario. Aquejado de problemas de salud y ante la ardua tarea de componer las canciones de un nuevo disco, el protagonista se sumerge en el pasado y comienza a desgranar los recuerdos de una existencia marcada por la música: la infancia y juventud vividas en un humilde piso sin ascensor del barrio de San Agustín, los estudios de BUP en Salesianos, la asistencia a los primeros conciertos acompañando a sus hermanos mayores, el descubrimiento de la música pop en los programas nocturnos de Radio 3, las colecciones de casetes grabadas y de discos de vinilo piratas, la creación del primer grupo formado por compañeros de instituto que tenían los mismos gustos y aficiones, los ensayos en un garaje con instrumentos de segunda mano, el despertar del amor y del sexo, de la amistad y la traición, de la vanidad y los celos. Y todo ello acompañado de una banda sonora compuesta por grupos que sonaban en la Córdoba de principios de los ochenta del pasado siglo, un ciudad provinciana que era el reflejo de la sociedad española de la transición, con una juventud “moderna” que se reunía en los garitos más abiertos a las nuevas tendencias musicales (aquellas que se cocían en la movida madrileña) o que asistía, saltando la tapia del teatro de la Axarquía, a los conciertos de los solistas y conjuntos que triunfaban en el panorama nacional.  
Salvador Gutiérrez ha escrito una novela que contiene, como el lector intuye desde la primera página, innumerables elementos autobiográficos que pertenecen a la memoria colectiva de una toda una generación, la de de aquellos que hoy rondan el medio siglo, que fueron a la EGB, tomaron leche con cacao mientras veían los payasos de la tele en blanco y negro, y  luego, ya adolescentes, lloraron con los protagonistas de Verano Azul y bailaron en las pistas de las discotecas los pasos aprendidos en Aplauso. Una generación que hoy ocupa los puestos de responsabilidad del país, pero que mira con melancólica añoranza aquellos años y que, sin lugar a dudas, se sentirá identificada con gran parte de los pensamientos de Carlos, el protagonista algo neurótico y desubicado de Biografía autorizada.