Félix Ángel Moreno Ruiz

domingo, 24 de mayo de 2015

MALEMORT, EL IMPOTENTE de Guillermo Roz

ESPÍRITU DE SUPERACIÓN


Malemort, el Impotente es la última obra del escritor argentino Guillermo Roz (Buenos Aires, 1973), que ha sido merecedora del XVI Premio Unicaja de novela Fernando Quiñones. La narradora, la joven Milagros, cuenta utilizando la técnica del manuscrito encontrado la vida de Malemort, su padre, a quien nunca llegó a conocer porque falleció nada más nacer ella. La historia comienza en la Francia rural de finales del siglo XIX, cuando el protagonista, un muchacho ingenuo y con grandes deseos de conocimiento, inicia sus experiencias vitales, marcadas por la pertenencia a una familia peculiar: su padre es un ser estrambótico, tildado de loco por sus vecinos, quien, después de un accidente laboral, decide no volver a salir de casa; su madre, por el contrario, es una persona ambiciosa y sin escrúpulos, que lo maltrata y desprecia. Malemort se refugia en su pasión: el conocimiento de la naturaleza femenina y el amor. Pronto sucumbe ante la belleza de una campesina, Juliette, a la que corteja y consigue desposar. Sin embargo, pocos días después de la boda, recorre Rodez, el lugar donde vive, el rumor malintencionado de que el matrimonio no ha llegado a consumarse debido a la impotencia del joven. Este, huyendo de la maledicencia, embarca rumbo a América en una expedición de colonos franceses que, atraídos por el reparto de tierras y un futuro más próspero, se dirige a La Patagonia. Allí, entra en contacto con un mundo hostil que le exige lo mejor de sí mismo para poder sobrevivir. Sin embargo, si hay algo que caracteriza a Malemort, es su capacidad de superación, que lo lleva a vencer las dificultades más adversas y a convertirse en un colono próspero. En Argentina conoce de nuevo el amor (y el desamor), la traición, el crimen y, también, la sombra de la fama que arrastra desde Francia y que lo persigue inmisericorde. Ya adulto, cuando es un hombre rico y respetado en su comunidad, realiza un viaje a Río de Janeiro y, allí, sin pretenderlo, descubre la verdadera felicidad. Sin embargo, esta, una vez más, se muestra esquiva porque el infortunio lo sorprende de forma traicionera dando sentido a su nombre: mala muerte.

Escrita con una prosa ágil, con una aparente sencillez, Malemort, el Impotente ofrece múltiples lecturas: es el recorrido sentimental y existencial de un hombre, perseguido por una maldición; es un canto al espíritu de superación y al amor propio; es una reflexión sobre la pérdida de identidad y el desarraigo que sufren los emigrantes; es la crónica de una época y de una etapa poco conocida de la historia de Argentina: la conquista de La Patagonia, el aniquilamiento de la población indígena y la creación de colonias fundadas por franceses. Y, por último (pero no menos importante), es una entretenida novela de aventuras.

SIN EPITAFIO de Francisco José Jurado

CÓRDOBA NEGRA


Sin epitafio es la última obra del escritor cordobés Francisco José Jurado (1967), que supone el regreso de Benegas, inspector de homicidios de una comisaría cercana a la Judería, que ya había protagonizado un anterior libro de relatos entrecruzados. En esta ocasión, el policía tiene que vérselas con un crimen que, en principio, es obra de alguna organización extranjera vinculada con la droga: un cadáver aparece medio calcinado, en el interior de un maletero, decapitado y con un extraño corte en el abdomen en forma de ele. Sin embargo, Benegas, inspector con instinto de sabueso y gran conocedor de la naturaleza humana, sospecha que tal vez se trate de un caso mucho más complejo que un simple ajuste de cuentas entre bandas rivales. Esto se confirma cuando se descubre en su domicilio, en pleno centro de la ciudad, el cadáver de Candela Montalbán, una mujer de clase media y casada con un afamado arquitecto, con una herida similar y realizada con un arma exótica. Entonces, con la colaboración de su fiel equipo, Benegas inicia una ardua investigación que lo llevará a entrar en contacto con un nutrido número de sospechosos y a recorrer lugares tan variopintos de Córdoba como la Facultad de Filosofía y Letras, el Rectorado, una empresa de vigilancia, el Anatómico Forense y un sinfín de tabernas donde el curtido policía hace un alto en el camino para reponer fuerzas. De forma paralela, asistimos a la historia de Guillaume de Belmont, un joven caballero de origen cordobés, perteneciente a la Orden del Temple, quien, en el París de comienzos del siglo XIV, intenta con la ayuda de un fraile dominico, François de Beaujeu, vengar la deshonrosa muerte en la hoguera del gran maestre Jacques de Molay, ordenada por el papa Clemente y el rey Felipe IV de Francia. Estas dos tramas que, en apariencia, nada tienen en común y que atrapan al lector desde un comienzo, convergen en un momento determinado y lo hacen para provocar un cambio de rumbo en el argumento, que continúa así, repleto de sorpresas, hasta su conclusión.

En Sin epitafio, su autor transita con pulso firme de principio a fin (algo que no es fácil, dada su extensión) y domina con maestría el diálogo, los recursos y el lenguaje de géneros tan diversos como el negro, el policíaco clásico, el de aventuras o el histórico. A eso se añade un humor socarrón que nos proporciona páginas memorables (a veces hilarantes, a veces esperpénticas) como la visita del inspector a la Facultad de Filosofía y Letras. En definitiva, se trata de una novela escrita con oficio y solvencia (a pesar de la complejidad de la doble trama), y con un estilo propio que tiene su máximo exponente en la voz del narrador, que aparece, como inciso, en los diálogos y que realiza, para deleite del lector, frecuentes comentarios agudos y certeros. 

domingo, 10 de mayo de 2015

TODAS LAS MUJERES SON PELIGROSAS de Julián Ibáñez

VUELVE BELLÓN


Julián Ibáñez (Santander, 1940) ha regresado a la primera línea de la novela negra. Y lo ha hecho con Todas las mujeres son peligrosas, en la que de nuevo da vida a Bellón, el antihéroe de El viejo muere, la niña vive, editada también por Cuadernos del laberinto. En esta ocasión, trabaja como guardaespaldas en el Queen’s, un club nocturno en el que se juegan partidas ilegales de cartas y se ejerce la prostitución. Sin embargo, todo se tuerce cuando un cliente agrede brutalmente a una de las chicas y se marcha sin pagar mientras el protagonista está distraído escuchando la radio. Saritos, la gerente del negocio, le encarga que el moroso salde su deuda discretamente. Bellón comienza entonces una particular investigación que le lleva a recorrer los sitios más diversos ―un matadero, una agencia de viajes, las dependencias del Ministerio del Interior, multitud de bares y garitos― a la búsqueda de un hombre del que solo sabe que se apellida Mazón. Entre tanto, realiza pequeños trabajos ―proteger a esposas maltratadas, ejercer de matón o de gigoló, vender perros― para conseguir algo de dinero con el que subsistir e intenta salvar el pellejo porque la persona a la que sigue ―o, tal vez, lo sigue a él― es peligrosa. Y todo ello, narrado en primera persona, con un ritmo trepidante, con un lenguaje ágil, directo y mordaz, que hacen de Todas las mujeres son peligrosas una novela tan lúcida y entretenida como la primera entrega.

CAMINA LA NOCHE de Álvaro Silva

CULPA Y REDENCIÓN


Camina la noche es la primera novela de Álvaro Silva (Vitoria, 1949), traductor e historiador especializado en la figura de Tomás Moro, de quien ha escrito una biografía y ha editado varios de sus libros.
La obra, dividida en tres partes de desigual tamaño, comienza en 1962. Isabel, una joven que acaba de casarse, llega a casa y coge el teléfono. Al otro lado de la línea, alguien, un ser anónimo, pronuncia el nombre de su padre, del que apenas sabe nada porque María, su madre, solo le ha dicho que murió en julio de 1936, cuando ella aún no había nacido. Antes de que pueda preguntarle algo, el hombre cuelga. En una abrupta analepsis, la segunda parte se sitúa en el Madrid de los primeros y tumultuosos días de la guerra civil, y está protagonizada por tres personajes: Cristóbal Ramos, antiguo seminarista burgalés que ha abandonado su vocación religiosa para casarse con María Palacios y se ha trasladado con ella a la capital, donde malviven en una mísero cuartucho alquilado; Julio Espino, un honesto y, a la vez, ambicioso inspector de policía, que acaba de ser ascendido por la Dirección General de Seguridad de la República para organizar el servicio de información; y Sabino Gómez Duval, un sacerdote al que el gobierno busca para interrogarlo porque lo considera un peligroso quintacolumnista. Estas tres vidas (en principio, paralelas) se entrecruzan por casualidad y desembocan en un final trágico cuando uno de ellos sucumbe víctima de la falta de escrúpulos y de la cobardía de los otros dos. La tercera parte vuelve de nuevo a 1962. Julio es ahora un prestigioso abogado que se ha afincando en México con su esposa Carmen y sus hijos, después de ser acogido generosamente por este país tras la contienda. Allí, un día, un desliz en una conversación con otros exiliados españoles le lleva a contar la historia de Cristóbal, lo que le obliga a enfrentarse a su pasado y a un secreto terrible que ha guardado celosamente hasta ese momento. Siguiendo a su esposa, que ha regresado a Madrid, entra en contacto con María e Isabel para confesarles toda la verdad y, de esta forma, redimir la parte de culpa que tuvo en la desaparición de Cristóbal.
Camina la noche es una novela extensa, de compleja estructura y ambiciosa en su planteamiento, en la que el autor reflexiona, utilizando un lenguaje muy cuidado y de bella factura, sobre las dramáticas circunstancias que cualquier persona, por muy honesta que sea, puede vivir (sobre todo, en situaciones extremas como una guerra) y en las que se ve obligada a elegir entre la cobardía y el valor, la ética y la ambición, la supervivencia y el sacrificio. Pero, además, se trata de una hermosa parábola sobre el perdón y las segundas oportunidades que, a veces, la vida nos regala para poder reparar el daño que hemos ocasionado.